
EDUCREA
¿Por qué formar profesores?
La importancia de la formación
y la figura del profesor
"La formación del profesorado representa una de las piedras angulares imprescindibles de cualquier intento de renovación del sistema educativo" (Gimeno, 1982: 77 citado en Marcelo, 1995)
Nuestro proyecto parte de la necesidad de la formación en el profesorado, que como recoge Marcelo (1989, citado en Marcelo, 1995): "Un primer principio que asumimos es concebir la Formación del Profesorado como un continuo". Como describen otros autores como Fullan (1987:215, citado en Marcelo, 1995): "El desarrollo profesional es aprendizaje continuo, interactivo, acumulativo, que combina una variedad de formatos de aprendizaje".
Partiendo de los principios para la formación de profesorado que expone Marcelo (1995), nos parece importante destacar algunos de ellos que son fundamentales para llevar a cabo este proyecto y tenerlos en cuenta a la hora de desarrollar nuestro propio programa formativo para docentes. Tal y como nos cuenta Escudero (1992:57, citado en Marcelo, 1995), "la formación y el cambio han de ser pensados de forma conjunta... la formación bien entendida, debe estar preferentemente orientada al cambio, a activar aprendizajes en los sujetos y en su práctica docente que ha de ser, por su parte, facilitadora de procesos de enseñanza y aprendizaje de alumnos" (Escudero, 1992:57). Escudero (1990, citado en Marcelo, 1995), añade además, la necesidad de conectar los procesos de formación del profesorado con el desarrollo organizativo de la escuela por lo que el centro educativo se presenta como un entorno favorable para el aprendizaje de los profesores. Y, por último, el principio de la individualización como elemento integrante de todo programa de formación de profesorado, citando a McNergney y Carrier (1981, citado en Marcelo, 1995): "la formación del profesorado ha de responder a las necesidades y expectativas de los profesores como personas y como profesionales".
Por lo tanto, haciendo una síntesis, ponemos en relevancia la importancia de la formación continua del profesorado, el vínculo de dicha formación con el cambio educativo, el papel del centro/escuela y el resto de agentes como contexto clave y, la individualización como elemento integrante en el proceso de aprendizaje.
Por otra parte, atendiendo la demanda que nos ocupa, los maestros y maestras de Educación Infantil y Primaria son la clave a la hora de prevenir y/o detectar precozmente alteraciones o trastornos en el desarrollo de un niño. Sin embargo, a nivel de detección, la escasa o insuficiente formación del profesorado en relación al conocimiento de las clasificaciones diagnósticas (las cuales son necesarias para identificar, diagnosticar e intervenir), impiden en muchos casos una detección temprana (López, 2011 citado en Monduate, 2016). De la misma manera, a nivel de prevención, el establecimiento de medidas de carácter ordinario y genérico por la distintas administraciones educativas y, su falta de concreción en programas educativos dificulta la prevención de dichas dificultades (Fidalgo y Robledo, 2010 citado en Monduate, 2016).
Dada la importancia de la escasez tanto en prevención como detección, sumado a que, actualmente, las medidas de escolarización y atención del alumnado recogidas en la ley vigente, Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (Monduate, 2016), pone especial énfasis en la prevención, detección e intervención lo más tempranamente posible del alumnado con dificultades específicas de aprendizaje; teniendo en cuenta además, la escuela infantil como marco prioritario para la prevención, detección e intervención (Gutiez, 2005 citado en Monduate, 2016) y; sin olvidar la vulnerabilidad del momento de desarrollo en el que se encuentran los niños y niñas (Campos, 2003; Mulas y Hernández, 2004 citado en Monduate, 2016), justificamos la necesidad de proyectos como el presente donde la formación de los profesionales juega un papel clave.
Ante el caso de un niño/a que presenta estas dificultades/limitaciones, es importante la implicación de la escuela y de la comunidad educativa, sobretodo del tutor, no solo por el papel fundamental que desarrollan en el marco educativo, sino como vínculo entre los demás agentes y poder así trabajar junto con la familia, el alumno y otros profesionales, como psicólogos o logopedas, que también ayudarán al niño/a en esta etapa pero, es básico que todos los profesionales trabajen de forma sistémica y coordinada y poder brindar así, el apoyo que el niño/a necesita.
De esta manera, el proyecto se presenta de manera transversal e involucrando a toda la comunidad educativa, teniendo muy en cuenta distintas dimensiones como el ámbito escolar, la familia, el contexto social, el ámbito tecnológico, etc. además de las características propias de cada grupo del alumnado.